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Embarazos en niñas

Más de 10 mil niñas de 14 años o menos se convirtieron en madres en Guatemala

Edición de texto: Mariajosé España y Ana Lucía Ramazzini, Análisis de datos: Daniel de León, Diseño gráfico: Cynthia Camargo.

Cada 4 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual para sensibilizar sobre la importancia de luchar por los derechos sexuales y reproductivos de cada persona.

El acceso a la educación integral en sexualidad es uno de los derechos que no se cumplen en Guatemala y que tienen un efecto directo en los embarazos en niñas y adolescentes a temprana edad.

En los últimos 11 años (2012 al 2022), en Guatemala se registraron más de 150 mil partos en donde la madre era una niña o adolescente menor de edad.

De estos, 10 mil 361 fueron de niñas de 14 años o menos que tuvieron un parto producto de una violación sexual.

Victoria Maldonado, coordinadora de programa del Observatorio Nacional en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR), hace énfasis en que la legislación guatemalteca dicta que cualquier relación sexual con una niña de 14 años o menos es una violación y aunque los embarazos en estas edades son preocupantes, también lo son los de las adolescentes de 14 a 17 años.

La  Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de personas establece que para los violentadores, la pena del delito de violación se agrava en un 75% cuando la víctima es menor de 14 años.

La mayoría de los partos en niñas y adolescentes en el período mencionado se registraron en Alta Verapaz, Huehuetenango, Petén, San Marcos y Quiché.

“Urge una educación sexual integral en las escuelas y esto significa una educación que se base en fundamentos teóricos, investigativos y que los maestros también estén capacitados en el tema, más allá de recibir una pequeña charla o asistir a un foro”, dice Maldonado a la pregunta de qué debe hacer el Estado para controlar el número de embarazos que se registran en adolescentes y niñas.

El acceso a la educación sexual integral, menciona, también permitirá prevenir la violencia sexual infantil al darle herramientas a los niños y niñas para identificar a posibles agresores, romper círculos y patrones.

¿Cuál es el impacto de un embarazo en la vida de las niñas y adolescentes? El embarazo y el parto en niñas y adolescentes es un riesgo en sí mismo y la vivencia de una maternidad forzada, irrumpe en los planes de vida de estas infancias.

En la dimensión biológica, el embarazo implica riesgos a la niña al ser más propensas a presión alta, infecciones, anemia y puede devenir en un parto prematuro así como la muerte, tanto de ella como del neonato. De hecho, las complicaciones relacionadas con el embarazo y parto son la principal causa de muerte de las adolescentes a nivel mundial, según datos de la OMS, riesgos que incrementan cuando son menores de 15 años.

En cuanto a la dimensión psicológica, la salud mental de niñas y adolescentes es vulnerada con un embarazo, un parto y una maternidad. La investigación titulada “Vidas Silenciadas” (FLACSO, 2019) muestra datos el suicidio en niñas y adolescentes por embarazos no planeados, no deseados y/o forzados.  Las adolescentes embarazadas tienen un riesgo de suicido hasta tres veces mayor que las adolescentes no embarazadas (Briozzo, 2018).

En la dimensión social, el estudio titulado “Me Cambió la Vida: uniones, embarazos y vulneración de derechos en adolescentes” (FLACSO, 2015) evidencia que 9 de cada 10 entrevistadas dejó de estudiar debido al embarazo; 9 de cada 10 no participa en ningún espacio de organización en su comunidad principalmente porque debe cuidar a sus hijas e hijos y 8 de cada 10 no trabaja fuera del hogar. 

Someter a niñas y adolescentes a partos y maternidades forzadas violenta sus derechos, entre éstos a la salud integral, a la educación y, sobre todo, a la posibilidad de un desarrollo pleno. Son niñas, no madres.

El preocupante aumento de los embarazos en niñas y adolescentes  a temprana edad

Según el análisis hecho con los datos proporcionados por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, se puede observar un preocupante aumento de partos donde la madre es menor de 17 años.

Aunque los casos venían descendiendo desde el año 2012, a partir del año 2019 los registros empezaron a aumentar.

Victoria Maldonado adjudica este aumento a dos cosas. Según explicó, a partir de 2019 se mejoró el registro de los partos en menores de 14 años. “Antes era la abuela del bebé la que registraba al niño como suyo y ahora no es tan fácil hacer eso”, dice.

Por otro lado, en el 2020 el incremento exponencial responde al confinamiento obligatorio derivado de la pandemia del covid-19 que confirma, una vez más, que los principales agresores sexuales infantiles son personas cercanas a las niñas, que conviven con ellas o tienen acceso a sus espacios de confianza. Es decir, hermanos, padres, abuelos o tíos.

Ante estos datos, que evidencian que la problemática de los embarazos y partos en niñas y adolescentes persiste, es necesario y urgente que la institucionalidad del Estado asuma su rol como garante de derechos humanos e impulse medidas asumidas en el marco legal y político a nivel nacional e internacional,  como la implementación de la educación integral en sexualidad, para asegurar las condiciones que les permitan vivir desde un plan de vida digno.

Visualiza los datos en el siguiente panel de control

Descarga los datos haciendo clic aquí o copiando el siguiente enlace:

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1-7F5OWRrc5xklBz5b3ajeBc7F3AFohXN0_F-vb3ieco/edit?usp=sharing